Esta noche no he podido dormir pensando en Zauber - su historia la podéis leer en el foro de PROA. Miraba a Dady, roncando a pata suelta en su cama, y le imaginaba por ejemplo en una pelea de perros, seguro que pidiendo mimos. O pensaba en mí, delante de un enorme perro entrenado para matar - no digo perro de presa porque tengo varios amigos que lo son y sin embargo no le harían daño a nadie; de hecho son los guardianes de la última cachorra que se ha incorporado a la manada del parque. No sólo me dejaría las lanas totalmente desaliñadas, sino que no duraría ni 20 segundos.
También pensé en Regina. ¿Cómo puede un ser humano violar a una perra, someterla a todo tipo de torturas y luego reventarle la cabeza? ¿Qué extraño placer puede provocar eso que hace que estos casos sean frecuentes? Zauber, Regina, también Jack y otros a quienes los periódicos no dieron nunca un nombre, o no fueron encontrados, murieron. Otros sobrevivieron a la barbarie. Por ejemplo, siempre me he preguntado por qué Dama se fue corriendo a esconderse cuando vio a NoGRoD quitarse el jersey y el cinturón para estar más cómodo en el sofá. Muchas veces no hay que mirar muy lejos para encontrar sus frutos. Y volví a pensar en Dady el bonachón y en mí mismo. ¿Qué habríamos podido hacer para defendernos? Nada.
Espero que se me pase este frío que me recorre la espina dorsal y pueda dormir esta noche. A Zauber, Regina et al., nuestro homenaje canino. A sus dueños, miles de lametazos.
También pensé en Regina. ¿Cómo puede un ser humano violar a una perra, someterla a todo tipo de torturas y luego reventarle la cabeza? ¿Qué extraño placer puede provocar eso que hace que estos casos sean frecuentes? Zauber, Regina, también Jack y otros a quienes los periódicos no dieron nunca un nombre, o no fueron encontrados, murieron. Otros sobrevivieron a la barbarie. Por ejemplo, siempre me he preguntado por qué Dama se fue corriendo a esconderse cuando vio a NoGRoD quitarse el jersey y el cinturón para estar más cómodo en el sofá. Muchas veces no hay que mirar muy lejos para encontrar sus frutos. Y volví a pensar en Dady el bonachón y en mí mismo. ¿Qué habríamos podido hacer para defendernos? Nada.
Espero que se me pase este frío que me recorre la espina dorsal y pueda dormir esta noche. A Zauber, Regina et al., nuestro homenaje canino. A sus dueños, miles de lametazos.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo. Si no hay justicia humana, que sea "divina" o en lo que cada uno crea. No pueden irse de rositas. A veces uno ve casos de gente mayor que están solos, enfermos, que nadie les ayuda... siempre decimos "pobres, qué cabrones los hijos o los familiares que les tienen así" pero a lo mejor, sólo a lo mejor, alguno de ellos, un 0,0001% ha sido uno de éstos de joven y sí, realmente está recibiendo lo que se merecía. Pero eso nunca lo sabremos. Sólo podemos intuir que lo que han sufrido estos animalitos no tiene ni perdón ni se merece comprensión. No sufras, seguro que Daddy encuentra una muy buena familia, ya te digo yo que Carlos los iba a mirar muy bien bien a ver cómo son... hum! Un besito! un achuchón para Daddy! otro para Chewie!
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