Parece que fue ayer cuando llegué a la vida de estos dos y de eso hace ya un año! Pues sí. Corría el año 2007 y estos dos habían decidido adoptar un perro tras la muerte de Marujita, la gata octogenaria cuya foto preside el salón. Se pusieron en contacto con ALBA para adoptar a Boletus, un cruce de teckel que salía muy bien en las fotos... pero que era un histérico. El caso es que cuando fueron a verle ya estaba reservado en Alemania, pero compartiendo chenil había otro perro: moi. A NoGRoD le gusté en cuanto me vio, pero ella era más reticente. Hicieron la prueba del gato y allí sí me lo curré: una actuación de Oscar de la Academia.
No supe nada de ellos hasta pasadas dos semanas, cuando pasé el finde con una voluntaria y sus gatos, jeje, y el domingo me trajo a Lavapiés. Recuerdo que subí las escaleras ansioso por descubrir quién me habría adoptado. Y allí estaban ellos. Estaban muy nerviosos, como si temieran que la casa no gustara a los de la protectora y no les dejaran adoptarme - qué pringaos. Ella no paraba de disculparse por tener una casa pequeña, él permanecía callado, atento. Le contaron a Mónica cómo habían conseguido que otro voluntario me sacara fotos de extrangis durante la cuarentena para llevárselas a su boda en Irlanda - yo ahí, en plan internacional -, se habían empollado todo lo relativo a la leishmaniosis, discutían si me quedaba mejor un collar y correa en tonos amarillos o en negro.
Y como no me voy a poner ñoño, ahí va la primera foto que me hicieron aquí, tomada hace exactamente un año. Ya casi no me veo la chorreja (cervezas, palitos,..), las melenas se me han igualado, pero sigo siendo el de entonces. ¿A que estoy guapo, nenas?
No supe nada de ellos hasta pasadas dos semanas, cuando pasé el finde con una voluntaria y sus gatos, jeje, y el domingo me trajo a Lavapiés. Recuerdo que subí las escaleras ansioso por descubrir quién me habría adoptado. Y allí estaban ellos. Estaban muy nerviosos, como si temieran que la casa no gustara a los de la protectora y no les dejaran adoptarme - qué pringaos. Ella no paraba de disculparse por tener una casa pequeña, él permanecía callado, atento. Le contaron a Mónica cómo habían conseguido que otro voluntario me sacara fotos de extrangis durante la cuarentena para llevárselas a su boda en Irlanda - yo ahí, en plan internacional -, se habían empollado todo lo relativo a la leishmaniosis, discutían si me quedaba mejor un collar y correa en tonos amarillos o en negro.
Y como no me voy a poner ñoño, ahí va la primera foto que me hicieron aquí, tomada hace exactamente un año. Ya casi no me veo la chorreja (cervezas, palitos,..), las melenas se me han igualado, pero sigo siendo el de entonces. ¿A que estoy guapo, nenas?
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