domingo, 25 de octubre de 2009

Tenemos una invitada


Todo estaba listo para irnos a ALBA para recoger pienso para Quincena, un abrigo para que no pase frío - y es que como no tiene ni un gramo de grasa la Claudia Schiffer ésta estaba congelada - y ver cuándo pueden éstos firmar los papeles de la adopción, cuando recibimos una llamada. Una vecina había cogido una perra que llevaba días vagando por la zona y la policía local no había aparecido una hora y media después de la primera llamada. Subimos con el coche listos a llevar un polizón más y dejarla en cuarentena en ALBA y nos encontramos con ésto.



La pobre Paris está llena de garrapatas y pulgas, se le ven los huesos a pesar de ser del tamaño de Bola, y no le gustan los coches. Como intentó bajarse en marcha y por el riesgo de accidente que nos podía causar, éstos decidieron dejarla en el jardín de casa y ponerse en marcha. Lo primero, pedir un transportín para llevarla al albergue donde les dieran plaza, pero ninguno se la dio. Al llegar a ALBA, las chicas empezaron a hacer gestiones por su lado para que se hiciera cargo la protectora de la zona, y éstos por su parte lo seguirían intentando a través de la policía local. Pero ni unos ni otros han conseguido nada.

La pobre sigue en el jardín. Ha pasado la noche a la intemperie porque no ha querido dormir en la caseta que le habilitó mi madre, y le ha dado una diarrea salvaje que nos ha dejado todo hecho una mierda, pero creo que la tristeza y el agobio de mi madre va más allá de limpiar unas cuantas minas. Dice que no entiende que no se pueda llevar a un perro que necesita cuarentena a unas instalaciones adecuadas porque es fin de semana; dice que no entiende que a nadie se le ocurriría decirte si te encontraras un niño perdido que te lo quedaras hasta el lunes, en horario de 10 a 20hs, pero que si es un perro, te lo comas con patatas hasta entonces; dice que no entiende que el ayuntamiento no disponga de un servicio para estas emergencias cuando se supone que existe una perrera municipal muy comprometida con la protección animal - no sé si eso tiene horarios o no; dice que no sabe de dónde salen los perros de las protectoras porque cuando ella necesita algo nunca hay sitio, ni siquiera para una cuarentena.

Así que estamos pasando el fin de semana atrincherados en casa. No nos dejan salir al jardín para evitar el contagio de parásitos externos, y más por mí, que llevo el pelo largo, y porque no saben cuál es el estado de la cachorra. Por lo que he visto a través del cristal es muy cariñosa y muy tranquila para su corta edad, aunque anoche ladró cuando nos vio salir de paseo, supongo que tendría algo de envidieja. Por lo menos no parece que la hayan pegado.

Tal vez no esté en el lugar más adecuado en este momento, pero comida, agua y un refugio no le faltan. Mi madre sale a menudo a hacerle mimos con guantes, jugar con ella y el mordedor, pero cuando entra en casa vuelve la preocupación a su semblante. Espero que mañana, cuando la lleven a la protectora, todos nos quedemos más tranquilos.
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