lunes, 2 de febrero de 2009

Cachorros


Ver la foto de la bóxer Duna y su hija en el blog de Wilkoo me ha enternecido y me ha recordado cuando yo fui mamá. Esta historia no tendría nada de especial si no fuera porque un año antes había bajado en caída libre desde un sexto piso a la calle.

Nunca supieron si una puerta se cerró de golpe y me asusté mientras paseaba por el alféizar de la ventana del cuarto de estar o si me tiré intentando cazar una paloma. El caso es que poco antes de que las niñas volvieran del colegio - os recuerdo que corría el año 1990 - el conserje llamó al telefonillo preguntando si esa gata que estaba estampada contra la acera era la suya. Y era.

Como consecuencia de la caída, aparte de gastar 6 vidas de gato de golpe, y nunca mejor dicho, se me quedó estrecha la cadera. Por eso el parto se puso complicado. Los cachorros no podían salir, yo no sabía si empujar o no... y era 15 de mayo, San Isidro Labrador, patrón de Madrid y día festivo en toda la ciudad. Al final pudieron localizar a mi veterinario, quien accedió a abrir la clínica para hacerme una cesárea y de paso castrarme. La madre de la niña siempre se reía al recordar cómo José Luis llamó al día siguiente para ver qué tal había pasado la noche - dice que algo así sería impensable en un médicos de humanos.

De mi relación con mis hijos hablaré en otro momento. En un principio fue difícil, quedarme dormida y despertar con el cuerpo totalmente vendado, dolorido, y cuatro mocosos llorones al lado. El favorito de la niña fue el más mayor, el que había estado durante horas en el nacedero sufriendo la presión de sus hermanos, el más pequeño y débil. Le llamó Macbeth en honor a la película que vio al día siguiente del parto, en blanco y negro y con Sir Laurence Olivier. Su sorpresa fue mayúscula cuando se enteró de que su nueva familia le había rebautizado con otro nombre algo más vulgar.

Nunca supe nada más de ellos, salvo que murieron uno tras otro. No es natural que una madre sobreviva a sus hijos pero ocurre, y lo de ser fuerte en momentos de dolor es algo innato en esta familia y yo tuve que estar a la altura. Contamos con un gran ejemplo entre nosotros: Mari Pili.

6 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

uyy uyy! la foto lleva derechos de autor, te pueden demandar jeje

Me encanta tu blog (lo poco que he leido, por ser sinceros)

Las historias son flipantes, la de cosas que te pasan ejej.
Por cierto, poesilla gata, menos mal que sobrevivió. Lo que no me ha quedado claro es si tus hijos te los quedaste o se los llevaron, porque vaya pena de gatitos.

Miss Warrior dijo...

Los gatitos fueron dados a conocidos de la familia. Maru no sólo sobrevivió a esa caída, sino que vivió 16 años más llenos de historias que ya os irá contando. No está mal para una gata de pueblo, no crees?

Aitor Fdez. dijo...

La foto tiene derechos de autor: sí, pero también tiene concedido un permiso a publicación ;)


Hombre es que Maru fue Maru, y gata de pueblo o sin "pidigrii" (simple pago por decir que es de raza... sin sentido...) ha vivido cosas alucinantes que ha ido contando, aunque dieciseis años dan para mucho y seguro que se le ha pasado algo por alto que no nos ha contado..

Unknown dijo...

16 años mas!
no esta nada mal, yo tambien tengo una gata de pueblo, pero ultimamente no la vemos, pero no me quiero imaginar lo peor, soy opimista jej

lo que me ha dado penita son los gatitos, que son muy bonitos de pequeños, pero bueno, despues de ver un dia como unos ...... estamparon toda una camada contra la pared por que nadie los queria, es mejor que mueran solitos!

Menuda gente que hay por el mundo....

Aitor Fdez. dijo...

oye, me dijo rafi que cuando estaba buscando por el pabellón de la ESO estabas tu ahí y te escondiste en una columna o no sé qué????? (que no sea así por Dios, tendría un problema serio: no me doy cuenta de las cosas jajajaj) aunque bueno también es que iba un poco "calentito"...



have a good night