lunes, 15 de diciembre de 2008

Todos contra el fuego


La columna de humo del otro día en Lavapiés me recordó a aquel otro incendio que viví muy de cerca en 2006. La niña y el novio se habían ido a Potes a ver a los padres y me dejaron en la casa del pueblo. Todos los días subía la vecina para asegurarse de que estaba bien y de que no me faltara de nada, mimos incluidos. Recuerdo que antes de irse comentaron algo de que veían fuego en la fábrica de enfrente de la casa, pero él afirmó que era imposible que el fuego se extendiera hasta donde estaba yo, saltara la carretera y amenazara con destruir la casa. Pero lo hizo.

Dos o tres días después, la mayor entró corriendo en la casa, cogió a los niños y se fue. Yo me asusté tanto entre las prisas y el humo que me escondí bajo una cama y no respondí a las llamadas de su marido cuando vino a buscarme para rescatarme. Al final él también se marchó, dejándome todo bien cerrado. Cuando oí que volvía a estar sola, me encaramé a la ventana y allí lo vi todo: la mayor luchaba sola contra el fuego con la manguera del jardín; un bombero la sacó arrastrándola, ya que ella se negaba a dejar sola la casa; luego, el rugido de los hidroaviones y la lluvia de espuma roja. Por último, el olor a quemado y el pasaje.

Durante varios días estuve sola ya que al parecer los bomberos no dejaban que nadie volviera a casa. Cuando entraba alguien a recoger algo me dejaba ver, pero no coger. Hasta que por fin llegaron ellos. Ella lloraba y me decía que creía que yo me había ido ya con mi ama de verano, ya que el día del incendio se cumplían exactamente dos años de su muerte, y me sobaba y volvía a llorar. Y no, no me había ido con ella, pero aquel 15 de agosto de 2006 en esa casa vacía pasaron muchas cosas...

AGRADECIMIENTOS: La imagen está tomada del Album fotográfico del equipo de http://www.matillas.org/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dios!!!

tiene que ser horrible haber pasado por algo así!!!